domingo, octubre 15, 2006

No me defiendas compadre...(menos si eres economista en Tv)


A propósito del caso Falvy

Por JORGE PAUCAR (*)

Con estos defensores nadie extrañaba al Chapulín Colorado. Cada semana aparecían con chipote chillón en el programa periodístico con más credibilidad de la televisión peruana. No se salvaba nadie. Se presentaban aparentemente como “No negociables” a través de sus críticas, opiniones y puntos de vista. En unos casos, el consejo atinado y la orientación precisa servían a las familias de las “señitos” de los conos para seguir “Promoviendo” empresitas en sus barrios antes de los tiempos del Megaplaza. En otros, el asesoramiento a los consumidores y usuarios de los servicios básicos, léase: agua, luz y teléfono, los convirtió en personajes queridos por la tele-platea. Los adoraban tanto como a Camote, el niño que ahora es LA estrellita en Tv. Y estos Paquetes del algoritmo se creían las estrellas. Se alucinaban las “Magalys” en el tema económico. Cada concepto que vertían en la tevé podría tener peores consecuencias que un ampay. Cada recomendación en vivo y en directo tenía tanta llegada como la Carlota de Lima Limón. Parafraseando al personaje de las antenitas de vinil, estos señores creían, como buenos economistas, tener todo fríamente calculado. Pero no contaron con que alguien siempre lo sospechaba desde un principio. Y fue así como el alma de estos economistas “cheverengues” en Tv (y fuera de ella), quedó al descubierto en pantalla plasma LG.

II

Y es que no contaban con mi astucia, dirá Raúl Tola. Hace una semana, un informe de “Cuarto Poder” detectó la presencia del enemigo en unos audios grabados en el celular de María Isabel Costa, la pobre mujer, de quien por lo visto Dennys Falvy abusaba más que de su nobleza. El dominical propaló la cinta en la que se escucha al conductor del desaparecido “No Negociable” de Frecuencia Latina proferir los más duros insultos que una mujer pueda recibir de parte de su pareja o ex. “Soy veloz y te voy a matar”. El hombre del tic persistente en el cuello y cabeza, del cabello engominado, del sobretodo gris y de hablar escupiendo al prójimo, envalentonado por ser la cara de un programa de medianoche hace referencia al supuesto poder que tiene en la televisión y la política para humillar a la madre de su hijo. “En el próximo gobierno voy a tener más poder que el que tengo porque cuando quiera voy a ser Ministro de Estado”. ¿Ministro de la Mujer? ¡Ponte los ruleros! ¡Cada vez, que yo voy a tu casa, no sé que me pasa, no sé lo que pasa...! Los epítetos salidos de su lengua viperina son de todo calibre. “Te voy a matar bruta de mierda”. La televisión se espanta. Sus seguidores le dan la espaldan. “¡Te me caíste!”, le gritan a la salida del Juzgado de Familia de la avenida Abancay. Como es de esperar, en el canal de la Lealtad y Transparencia, pasa lo que tiene pasar: le quitan el programa al nuevaolero sin ruleros. ¿Muerto el perro, muerta la rabia?

III

Más allá de la patanería enfermiza de alguien que se cree lo máximo por estar en televisión, vale la pena indagar un poco más en este sujeto que antes le cantaba al amor en LP y ahora promete rendirle tributo a la muerte en pequeños fragmentos. “¡Te voy a cortar en pedacitos, maldita, te liquido!”. En los sesentas, su nombre de batalla en el ambiente de Jimmy Santi, era Danny Valdy. Su nombre de pila: Miguel Dennys Falvy. Antes de “Sácate los ruleros”, sus primeros discos, según la página web argentina rockolafree.com.ar, fue, sin cachita, “Cásate conmigo” y, “Envenenada por el Twist”. Melodías premonitorias. Lección: la próxima que tropieces con un cantante pídele, antes que matrimonio, su repertorio musical. Seguro doña María Isabel Costa nunca escuchó las canciones del padre de su hijo. Ella, envenenada de amor, solo conoció el twist de la pasión. “Esa señora nunca fue mi esposa. Me acosaba con sus shorcitos y me volvió loco con su pasión”. Él se separó de su pareja oficial. “Me encontró a los 54 años cuando quería rejuvenecer, me enloqueció su pasión e hizo que me separara de mi esposa”. María Isabel, cansada de los maltratos se apartó de la vida del otrora paladín de los consumidores. A Dennys, se le corrían las medias de puro machista. En la televisión defendía con uñas y dientes a los desvalidos o engañados con algún malévolo contrato; en casa, sacaba las garras y golpeaba mejor que el “Torito” Raúl Enciso de San Juan de Lurigancho. Falvy ha dicho en su defensa que lo que le ha sucedido lo trastornó. Cosa curiosa, en 1966, en el Primer Festival de Trujillo, Danny Valdy obtuvo un premio especial por el tema “Amigo, trata de olvidar”. En suma, el hombre siempre fue un sufrido de amor, un despechado y un pobre y triste bribón. “Estoy pensando morir juntos y llevarnos al niño. No hay forma que me ganes, lo que quiero es pelear contigo cuatro años y más para que veas con quien te metiste, maldita, me has cagado...”. El lamento de su afilada y amenazante voz propalado en horario estelar lo han terminado por sepultar. El economista figuretti siempre se moría por las flashes de las cámaras desde su época de cantante. Tenía un ego argentino. Su paso por el Congreso (fue diputado del 90 al 92) y, sobre todo la televisión, lo terminaron endiosando. Se creyó el non-plus-ultra de la economía. Por tener un espacio en la pantalla chica creyó ser Dios y pisoteó la dignidad de muchos. No todo lo que dice la televisión es cierto. Con razón la audiencia se siente estafada y le grita “cobarde y asesino”. El público siente que ese señor de ceño fruncido, líder de opinión que le dicen, no es el defensor de los consumidores, sino un “carlitosmanrique” del periodismo económico en la televisión. Huele a Clae en technicolor.

IV

Pero no ha sido el único comentarista económico en la televisión en tener un comportamiento bien cheverengue. ¿Se acuerdan de Güido Pennano? Sí, el risueño bigotón que se despachaba en consejos con los microempresarios misma utilísima Camucha Negrete de esos tiempos. Bueno, a él, para variar, economista también, le tocó un destino parecido a Falvy. Con un futuro prometedor en la Tv y la política, Pennano terminó sin pena ni gloria. Tuvo su cuarto de hora. Su paso por el primer gabinete de Fujimori le dio cierta famita. Posteriormente su aparición en diferentes programas políticos con los análisis más didácticos del quehacer económico le permitieron abrirse un espacio. Su carisma de pata buena gente lo ayudó a construir una imagen “belmontdiana” en la tele. A inicios de la década pasada, estaba considerado entre los 30 personajes con más poder del Perú; en el rubro económico, figuraba tercero. Su programa de orientación y capacitación a microempresarios le dieron grandes réditos. Era seguido por mucha gente. Tal fue su popularidad que llegó a tener su programa los domingos por la mañana, oh, otra infeliz coincidencia, en ¡Frecuencia Latina! Desde su programita informal, Guido Pennano promovió a las hoy conocidas Pymes como nadie. Aconsejaba a las señoras cómo marketear sus “comercios”. “Promoviendo”, se llamaba su programa. Promoviendo empresas, se promovió él también, nada más y nada menos que, con Vladimiro Montesinos. Estando en las filas del partido moralizador (FIM) y apresurado ante la aparición de los vladivideos, al final de los noventas, este pez por la boca murió. Frito lenguadito.
Pennano reveló que se entrevistó tres veces con el ex asesor presidencial y que, ¡uy, que honradito!, no había aceptado un soborno de 350 mil dólares para dejar el partido de Popy. Expulsado del FIM, Pennano siguió en la actividad comercial privada. Aunque antes de la era de los vladivideos tuvo un lío gordo con la Sunat por defraudación tributaria por varios miles de soles. La Pinchi Pinchi también lo delató. Dijo que le preparó un sobrecito con 7 mil dólares para cambiar de camiseta y le haga barra a la alianza fujimorista Peru 2000. Luego, el 26 de diciembre de 2003, Güido fue detenido por la Policía Nacional, en Miraflores. Fue trasladado al penal de Picsi en Chiclayo, acusado de estafar a agricultores de la ex cooperativa Santa Lucía, en la provincia de Ferreñafe, en el departamento de Lambayeque. La estafa ascendía a 3 millones 800 mil dólares. En la víspera de la navidad del año 2005, Pennano fue puesto en libertad gracias a beneficios penitenciarios. Hoy no se sabe nada de su paradero. De sus consejos en Tv, ya nadie se acuerda. La gente menos. No amenazó matar a nadie. Pero liquidó la credibilidad de los líderes de opinión. Los que antes lo escuchaban atentos para solucionar problemas en sus pymes o mejorar sus negocios, ahora ni lo invitarían a una rueda de negocios. ¿Qué le sucedió a este señor? Era un líder de opinión, tenía credibilidad, pero promoviendo finanzas non santas, nadie le ganaba.

V
La lista de los líderes de opinión en materia económica en la televisión desacreditados por su propia obra y gracia es variada. Aún recordamos a don Jorge González Izquierdo, diestro en las finanzas y zurdo en sacar la vuelta al fisco. Todavía está fresco el recuerdo el caso de la importación ilegal de autos alemanes para diplomáticos. Cuando era ministro, en 1993, González le compró un auto al entonces embajador de Guatemala, Emilio Peralta, a los cuatro meses de haber sido importado el vehículo. La ley peruana señala que un auto para el servicio diplomático puede ser vendido a un tercero luego de tres años de uso. El Mercedes Benz de Jorgito no llegaba ni al medio año de pisar suelo peruano. Lo que vino después es historia conocida. González Izquierdo pasó al olvido, después de ser el especialista económico más consultado de los medios y con mayor credibilidad. Y aparecía en televisión cada domingo. Economista “cheverengue”. Claro, dirán ustedes, ¿Y Toledo, acaso no es economista? Tienen toda la razón del mundo, tanto como que su segundo apellido es, ejem, Manrique.


VI

Por estos días quedan pocos de estos consejeros financieros en la televisión. Algunos con un perfil parecido a los tristemente célebres citados líneas arriba, otros con una biografía más decente pero sobre quienes se ciñe también el manto de la duda. De estos últimos podemos citar al gordito Hernán Garrido Lecca, economista e inventor. Pitoniso de las cifras en azul y rojo, Garrido Lecca, ex comentarista económico en televisión, amigo de Genaro Delgado Parker y Alan García, tiene en el 2006 a las estrellitas reggeatoneras como su mayor invención. Como buen aprista, le gusta el cuento. Los cuentos infantiles, claro está. Los otro cuentos son propiedad intelectual del partido. No lo hemos visto hasta el momento en escándalo financiero alguno ni tampoco como desactivador de bombas de tiempo. Esperemos no pase nomás, más pronto que tarde, a la galería de famosos comentaristas económicos en televisión caídos en desgracia. Es que, con los ejemplos mencionados, los economistas en televisión tienen la credibilidad desbalanceada, en rojo, y el peso de Fiorella Rodríguez. Ya lo sabe amigo lector: no todo lo que brilla es oro en televisión. O, para estar a tono con los refranes del personaje colorado de Roberto Gómez Bolaños, y a propósito de los cuestionados economistas de nuestra tele, diremos como dice el hombre de la chicharra paralizadora: no por mucho madrugar, jamás su tronco endereza.


(*) jorgepaucar2001@yahoo.com

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